Por Nataly Urriola
Cuando las cosas ocurren, es inevitable ponerte a pensar o mejor dicho analizar, en este caso, una idea que se viene repitiendo hace rato. ¿Los animalistas estamos locos?
Hace poco vi un caso de un perrito que será eutanasiado porque su dueña que es una tarada no puede hacer dos cosas a la vez: ver a su guagua y a su mascota. La mujer trató de loca a su compañera de trabajo y animalista que intentó manifestar su amor por los animales. Nuestra amiga quedó un poco triste y confundida al ser llamada loca. Obviamente aclaramos que lo hermoso era ser como es.
En fin. Luego de eso estuve analizando porque somos llamados locos, por quiénes y qué tan terrible es que te traten de tal forma.
Conclusión:
Está va en beneficio de los activistas, proteccionistas y/o animalistas. Es decir, los “locos”.
El amor es una facultad y no todos tenemos esta capacidad. Muchos no son capaces de amarse ni a si mismos por lo que pedir que amen a otros es casi pedirle peras al olmo. Las personas que tienen un corazón limitado sólo sienten cariño por lo más cercano a sus narices (papá, mamá, hermanos, hijos, etc, y quizás algún vicio) y cuando se trata de alguien externo sus mentes colapsan.
Entonces… Ella, la que tiene capacidad de amar a otros seres ¡está loca!
A lo que voy y no aburro más.
Los “locos” somos capaces de luchar por algo, de amar a otros seres vivos, de unirnos para lograr un objetivo, de llorar por la injusticia, de reír con los triunfos y de ver el cielo de otra forma, pero no faltan los anormales para que te soplen nubes.
Nosotros disfrutamos la vida, y lo mejor, la de otros.
Los “normales”… comen, defecan y duermen.
FUERZA LOCOS.